domingo, 15 de febrero de 2009

Utopía

Ella seguía atrapada en ese verano y pasaban los meses y seguía poniéndose chanclas. Se desdibujaba el sinrazón de sus pestañas en el cielo. Miradas como gotas de agua clavadas en su espalda. Si yo ardía en el roce de sus labios desgastados, si yo temblaba en el porqué de sus sonrisas inacabadas, era por un domingo sin lunes, un domingo en sus lunares, en su falda. ¿Cómo podía ser, que el mes de abril cayera entre sus rojos huesos secos de plata? Ahuyentando hasta el último milímetro de piel entrecortada simulando la utopía de un ciclo marinero entre el hueco de sus párpados. Se mentía cada día calzándose los pies con los mismos zapatos de ayer.

Preguntas indefensas

¿Cuántos peros caben en una frase?¿Cuántos besos en una boca?¿Cuantos recuerdos somos capaces de almacenar?¿Cuántas mentiras somos capaces de creernos?¿Cuánta rabia cabe en el odio?¿Podríamos llenar un vaso con lágrimas?¿Cuántas miradas caben en un ojo?¿Cuántas veces podemos caernos?¿Y levantarnos?¿Cuántas caricias caben en una mano?¿Cuántas carcajadas en una sonrisa?¿Cuántos latidos es capaz de soportar un corazón?¿Cuánto silencio cabe en el vació?¿Y en algo lleno?¿Cuál es la velocidad a la que viajan las emociones?¿Cuántos pasos caben en un camino?¿Cuánta gente huye por la misma salida?¿Cuánto mide el aprecio hacia una persona?¿Cuándo deja de ser capricho y se convierte en amor?¿En que punto?¿Cuanto insomnio cabe en un sueño?¿Por qué lso minutos en ellos son más lentos?¿Cuántos chillidos caben en un grito?¿Cuántas palabras caben en un cuento?¿Cuánto tiempo dura el trayecto de la vida a la muerte?¿Cuánto peso cabe en un alma cansada?¿Cuándo decimos basta?

viernes, 6 de febrero de 2009

ROJAS VENAS DE LLANTO

Siento que no me alcanza el movimiento del poema más amargo y más absurdo de la tierra cuando tus bostezos de cartón van pudriendo mis ventanas deshauciando un corazón de rojas venas de llanto, que el tierno cantar de tus lunares me envenena cada vez que abril se tiñe de cristales rotos en el mundo del error equibocado, entocnes sabré que no era piter pan ni ninguna estrella extraña, era el sueño de no serlo, entonces sabré que entre azafrán y mil mentiras se llena el río seco de caricias muertas.